Jaén, puerta de Andalucía, paraíso interior; son muchos las frases que intentan dar una idea al viajero, de por dónde se viene a Jaén y para qué. No tenemos playa, pero si mar. Nada mas cruzar cualquiera de los límites de nuestra provincia podrás ver como el olivo mueve sus ramas a los cuatro vientos y olas y olas verdes entre olivares te van a acompañar en tu estancia. Sobre ellas vas a navegar para llegar a los puertos de Ubeda y Baeza, y admirar el evocador pasado del medioevo y el esplendor renacentista.

Por esas lomas, señor, por esas lomas... seguirás navegando hasta alcanzar las agrestes rocas del parque natural de Segura, Cazorla y las Villas, hasta topar con la cuna del viejo padre Guadalquivir.

Te podrás sumergir en la rural autenticidad del Parque de Mágina y escucharás a la machadiana lechuza cantar.

Por fin podrás atracar en la capital de provincia, Jaén, y admirar el renacimiento en su esplendor que alberga su Catedral. Perderte en sus callejones, visitar sus baños árabes, sus conventos, escuchar sus plegarias y catar sus marmitas.
Alacena de las monjas... y tras lo divino, peca en sus tabernas y prueba las tapas que en ellas te ofrecen.

En fin, son muchos los mares en donde navegar en esta provincia. Tienes a tu disposición, historia, ocio (caza, pesca, vela), gastronomía, y algo esencial que distingue a esta provincia: su aceite; el aceite de oliva. Para indicarte e informarte sobre cualquier ruta a elegir nos tienes a tu disposición.

Eugenia, y Juan Manuel